Perdoname,
por no encontrar otra manera de salvarme que no implicara
abandonarte.
Por sacarte de mis ojos para poder dormir.
Ojalá decir que te grabaste en mi piel a fuego solo fuera
una metáfora más.
Es tan difícil conciliar el sueño después de habértelo
regalado a ti.
He soñado contigo sin mi, contigo conmigo y conmigo sin ti.
He soñado de las mil maneras que existen.
Y por fin dormí contigo.
Entonces dejé de soñar.
Mi sueño al fin dormía conmigo.
Sonríes, y el mundo se va por tu boca.
Así que te robé todos los relojes para que así, no gastaras
tu tiempo en mí.
Leerte despacio para engañar al reloj, dejó de funcionar.
Mi amor, leele a Salinas, que solo él sabe de escribir en
verso,
lo mucho que a ti te echo de menos.
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