lunes, 10 de noviembre de 2014

.

Me gustaría escribirte algún día y que no fuese para contarte lo mucho que te echo de menos, todo lo que han cambiado las cosas, las excusas de que ha llegado otro que también me hace temblar y que esta vez no eres tú. Me gustaría escribirte algún día y que o bien no fueses el protagonista escondido entre líneas que no hablan de  dti, pero que están escritas sobre tus manos, o bien fueses el protagonista de algo que no parezca tener fin. Pero últimamente, ninguna de las dos es posible. Desde hace años, no existe ni principio ni final.
Me gustaría hablarte. No quiero mandarte mensajes, ni oír tu voz a través de cualquier aparato. Me gustaría verte y oírte, y cogerte de la mano, mirándote a los ojos y notarte. Aquí. Que me digas que en todo este tiempo siempre has estado, que tan solo hacía falta una llamada. Me gustaría decirte, aunque se nos rompa la vida, que fuiste lo mejor que me había pasado nunca. Que cuando te echo de menos es el único momento en el que vuelvo a ser yo, sin miedo a lo que diga la gente, sin miedo a lo que pueda pasar.
Me gustaría decirte tantas cosas que no tengo palabras ni para hablarte, ni para escribirte... Ni siquiera soy capaz de pensarte con claridad: pero estás. Siempre estás.

Por muchas veces que me hagan temblar, siempre estás tú, inerte en cualesquiera que sean estos dedos.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;