martes, 7 de julio de 2015

Otra vez

Bésame otra vez, que no me acuerdo y no quiero olvidarlo. Como esa cita de ese libro favorito que te da miedo quitarla, porque se ha convertido en una parte de ti. Bésame otra vez, y mientras me estás besando, bésame. Que hace tiempo que no me besan... Que no lo hacen como tú. 

Bésame otra vez, impulsando hacia atrás y levántame la cabeza, quéjate por el pelo y ríete entre medias. Entonces te lo devolveré con una lucha de mordiscos de lengua, para que me ganes y yo me enfade y volvamos a empezar. Porque si esto son peleas me pasaría la vida peleándome contigo. 

Bésame otra vez, pero no como hace la gente, sino como tú lo haces y me sacas el corazón. Bésame lento, corto, seguido, que parezca que te están quitando de mi lado y tenga que luchar por quedarme contigo. Créeme, llegados a este punto... Lo haría.

Acariciame, lento. Por la espalda, por el cuello, por los pies... Tócame ya que contigo, todo lo que sobra, te es imprescindible. Sigue mirándome todas las partes de mí que no me gustan, porque solo en tus ojos veo que son bonitas para el mundo.

Y mírame, como lo haces, a los ojos. Y no me pidas que no me ría. No me pidas que no quiera que me beses de nuevo. Que me toques. Que me abraces. Que tus manos sean lo que menos me importen en ese abrazo, porque mi mano en tus hombros, tu respiración, la mía, el silencio, los latidos... Porque hay veces en que en un corazón en guerra lidera la paz y eso solo pasa cuando estoy contigo.

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