jueves, 16 de julio de 2015

16 de julio de un año cualquiera

Hoy has venido a dormir conmigo. Desde donde quiera que estés, has venido a contarme las mismas historias de cuando era pequeña. He abrazado a mi almohada, y sabía que eras tú. Lo sabía porque te he visto, te he vuelto a agarrar de la mano. Eras tú, con tu pelo, tu risa, tus manos y tus arrugas, tu cuerpo...
Y me has sonreído. Y estabas tan nueva, como hace un año exactamente, como cuando era pequeña y me pedías que te pintara las uñas porque tenías que estar elegante. Te echaba de menos. Te echo de menos. Hoy, has venido a soñar conmigo. Te has levantado como un fantasma de esa cama que te tiene presa, te has desenchufado todos esos cables que te controlan y has venido hasta aquí, para tumbarte a mi lado, coger mi mano, estrecharla en tu pecho y dejar que el silencio reine. Has estado aquí y no sé si será de locos, pero sé que aún sigues aquí. Que se puede estar en dos sitios distintos. Que tu cuerpo seguirá postrado en cualquier superficie pero tu alma estará conmigo, vaya donde vaya. Sé que has venido para que te recuerde en tus mejores días y no con esta peña. Y yo, abuela, te prometo que te recordaré así el resto de mi vida. 

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;