sábado, 3 de enero de 2015

Esta noche quédate

Déjame contarte la osa polar de lunares que habita en tu sonrisa. Déjame cosernos los costados para beber de tu sangre. Acurruquémonos en las ojeras hechas de distancia. Déjame lanzarme al vacío aunque duela, para que a veces me dejes caer y otras, en cambio, me salves. Déjame quererme, y a veces, quererte: porque no hay amor más grande que quererse a sí mismo y aún tener amor para querer a otro. Déjame agarrarte la cintura, agárrame las caderas. Bésame, destrózame. Quiéreme luego. Quemarse es otra cosa si se trata de tu fuego. Eligeme todos los días. Quédate con mis malos días. Abrázame. Fuerte. Necesito verte. Se trata de algo más que de los veinte orgasmos. Se trata de verte dormir. De que si vienes a las cuatro empiezo a ser feliz desde las tres. De que pueda estar con quien quiera pero prefiera estar contigo, y que vengas - y que me des sexo y caricias en el pelo-. De contarte los lunares y atreverme a ver la costelación más bonita. De que aunque no tenga ni puta idea del amor me enseñes que puede ser bonito. De verte en el gotelé y acariciarte como las cuerdas de mi guitarra. Tócame. La guitarra, o lo que quieras, amor.  Quédate. Esta noche quédate.

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