domingo, 1 de septiembre de 2013

Maratón

Era yo la que quería levantarse contigo a su lado, con el único pretexto de hacer el amor toda la noche y levantarnos a besos, entre tostadas de tomate y cafés recién hechos. Era yo la única que pretendía encontrarte en cada rincón, no importaba el día, ni la hora. Salir para no encontrarte con nadie con la única esperanza de encontrarte por casualidad. Pero casi nunca estabas. Nunca hubo nada, sino era tiempo. Tiempo sí que hubo, y mira que lo aproveché. Fue como correr un maratón sin previo entrenamiento. A mitad del camino quise abandonar pero tuve en mente que tan solo faltaban un par de metros más, que al siguiente movimiento sería un jacke mate. Sabía que podía apostarlo todo porque ese era mi último movimiento. Y finalmente llegué, rompí la cinta de la meta y te conseguí. Pero no fue como esperaba. ¿Qué sentido tiene ganar una maratón si al llegar a la meta se te para el corazón? Y eso fue lo que nos pasó. No tuvimos tiempo de llegar a ser nada. Tan solo dejaste una cicatriz enorme.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;