viernes, 5 de julio de 2013

Reloj parado

Un año ya.
Y que cortos los meses junto a ti.
Y que largos los días sin ti.
Rota como el cristal de la mesa donde teníamos pensado poner nuestra vajilla. 
Destrozada como queríamos dejar cada mañana la cama.
Empapada, pero de lágrimas y no del whisky que comprábamos.
Me dejaste tan vacía.
Y sin ganas de amar.
Y sin ganas de ganar.
Ni siquiera te llevaste tus sábanas.
Ni siquiera esa corbata roja de aquella noche.
Y el reloj no te lo llevaste;
¿Para qué llevarse algo que se paró en el instante en que nos besamos?.

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