martes, 14 de octubre de 2014

Por lo que nunca fuimos

He tomado por manía el aferrarme a los ojos de la misma persona que luego acabo perdiendo. Mi vida se ha convertido en un bucle que se repite una y otra y otra vez. Siempre la misma historia: la que no puede ser por miedo a que no funcione. La historia del "eres tan importante que no puedo imaginarte como algo más". Es la excusa, o mejor dicho, la espada menos afilada, pero la que más duele...
Si algo he aprendido de las dos veces que me he enamorado, ha sido a arriesgar. Que no salir con alguien porque sea tu mejor amigo y las cosas puedan salir mal, ya se ha convertido en una excusa de cobardes, porque al final, saliendo o no, vas a perder a esa persona. Nada es para siempre, ya me lo dijeron una vez...
Sin embargo, lo que más miedo nos da es lo que más nos salva. De la rutina, del sitio donde estamos pero no es donde queremos estar... 
Hoy mas que nunca, creo a ciencia cierta que las mejores relaciones son las de mejores amigos. Es imposible decirle te quiero a una persona que conoces de unos meses, o de unas noches. Sin embargo, es imposible no darlo todo en una relación en la que sabes que eres querido. A fin de cuentas, para querer a medias mejor no querer.

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