jueves, 22 de agosto de 2013

'Juro que lo dejo'

Y he corrido a escribir igual que corre a llorar un niño cuando ha perdido. Y es que tenía la manía de encerrarme a escribir después de darme de hostias contra el suelo. Y de nuevo estoy aquí, intentando no pensar y conteniendo unas lágrimas que darían lo que fuera por salir a mares pero qué. Promesas que se basaban en no volver a llorar por nadie. Y recuerdos que has tomado por olvidados que golpean las ventanas de tu alma al igual que en una noche de tormenta. Se me hace difícil pensar que quizá esto ha acabado sin darme la oportunidad de decirte todo lo que quería decirte. Te quedaste en unos labios que quería seguir besando. Aunque solo lo hubiese hecho una vez y al día siguiente todo hubiese desaparecido, se hubiese volatirizado al igual que las cenizas que hoy deja mi cigarro.
No te juré darte nada, pero te dije que intentaría no hacerte daño, que podías contar conmigo y esas cosas que todo el mundo dice, a pesar que siempre he sentido que yo las decía de verdad. Y miranos. Eres tú el que no estás y me has hecho daño. No querías, de eso estoy segura.
Quizás fue culpa mía, una niña demasiado hiperactiva, con demasiado pavo y con ganas de que se note su presencia no puede ser para ti. No voy a cambiar.
Al igual que hace casi un año, "lo mejor es darnos un tiempo". Duele.
Ahora estoy con una indecisión de no saber si lo que quiero es seguir queriéndome a mí misma, esperar a que vuelvas porque no te miento, todavía tengo la esperanza de que lo hagas. O si mejor levantarme y empezar a luchar, a esperarte. Yo tan solo quería tenerte...
Si te sirve de consuelo, mis horas se apagan sin tu presencia. Mi humor se ha perdido y ni siquiera soy yo. Lo único bueno es que mis ganas de escribir han vuelto. Al igual que los cafés. Y los  'último cigarrillo, y juro que lo dejo'.
Si te sirve de consuelo, tan solo me apetece dormir porque no aguanto tantas horas sin tus palabras. Que me encantaba discutir de broma y solucionarlo con un "Idiota, te amo" o despertarme con un "Buenos días, princesa". Y no era bonito, simplemente sabías que lo odiaba, y lo hacías para picarme, y cabrearme, y reconciliarnos luego y.
Pero se acabó.
¿Y si te pidiera otra oportunidad?
¿Y si te dijera que no aguanto que llegue el invierno sin poder tenerte cerca?
Tan solo somos un cúmulo de personas, de partidas perdidas, de recuerdos, de cigarrillos acabados y botellas rotas.
Tú, tan solo eres tú.
Tú, mi salvación.

                                                           Dame una oportunidad, por favor.
              Intentémoslo.

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