viernes, 23 de agosto de 2013

"Lo mejor es no esperar nada de nadie"

¿Cómo ser fuerte? Los días pesan más que nadie, el tiempo es relativo al no estar contigo. La mínima coincidencia parece alegrarme pero para qué ilusionarme... La historia ha acabado, tan solo queda ser fuerte.
Luchar suena demasiado bien en las películas donde todo sale como se espera, donde no hay malos entendidos ni dudas. Pero dime, ¿cómo se supone que se lucha cuando no puedes agobiar a alguien? ¿cómo se supone que se lucha cuando una persona está demasiado lejos? ¿cómo se supone que me necesitarás, si ni siquiera nos miramos ya?.
Díselo al tiempo, que quizá la culpa la tenga él.
Lo siento pero no tengo paciencia. No sé esperar algo que no llegará. No puedo dejar de mirar al pasado y ver esta historia reflejada en otra. No se puede escribir un libro y pretender que tenga éxito, cuando se parece a otro que no lo tuvo. (Siempre se puede mejorar...)
¿Y si serte sincera fuera la clave de todo esto?
Tengo miedo de volver a fallar, de volver a entregarlo todo y quedarme sin nada, destrozada, sin más que una hoja, un lápiz y mil palabras en mente explotando a cada susurro. No quiero más cicatrices. Aunque eso es algo que nadie entienda.
O te va todo muy bien, o te va todo muy mal. Pero cuando todo va mal, nada puede ir a peor.
Quizá sea más fácil dejar que todo pasa, decir la verdad, contarte que me volvió a gustar alguien, que he vuelto a darle vueltas y vueltas a una almohada caliente. Que he tenido ese cosquilleo de 'joder, que es hoy, que hoy le veo', y me he despertado poniéndome como la chica más guapa de este mundo. Quisiera contarte que incluso han vuelto mis ganas de cantar, que he vuelto a subirme a la cama a dar saltos y a bailar y me he vuelto a maquillar para salir a la calle. Como las tontas, volví a creer en 'te quiero's que se dicen demasiado rápido y sin pensar. Pero que culpa tienes tú, si a penas nos hemos visto un par de veces, si no hace ni dos meses que nos conocemos. Llámame loca, o más bien llama loco al momento en que empezamos a hablarnos.
Mis días se basan en un si voy a verte o no. Si quiero salir para no pensar con la excusa de si te encuentro por la calle. O si no quiero salir porque no me apetece recordarte.
El problema está en que me hice demasiadas ilusiones. Planeé, como una tonta, demasiadas historias. Creí que te tenía. Y es cierto: "Lo mejor es no esperar nada de nadie".
Hoy, tan solo me ampara mi sacrificio.

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