sábado, 15 de junio de 2013

En las fotos tan iguales pero tan diferentes.

Hoy me he dado cuenta de que las cosas han cambiado muchísimo en tan poco tiempo. Ya no somos aquellos niños cuya preocupación era el examen de música al día siguiente y las dos páginas del workbook que dejarías para la clase de antes. Ahora todo es más difícil, la vida pasa, las relaciones se pierden, otras llegan y finalmente nada es para siempre. Al final te das cuenta de que hay problemas inmensos, así como una enfermedad de la que no puedas salir, unos problemas familiares constantes y diarios, un abuso en el colegio, el autoestima... Las ganas de querer hacer algo y no poder hacerlo. Se cambian las pipas por cigarros y los batidos de chocolate por cervezas. Todo ha cambiado, incluso los amigos. Se van, vienen, se van... y ya no vuelven. Es increíble la cantidad de personas que dejamos ir a lo largo de nuestra vida, ya sea porque nos han hecho daño, porque no queremos perder el orgullo o simplemente porque se tuvieron que ir... Y un día te paras a pensar y te preguntas dónde están esas amigas con las que cuando tenías diez años te prometías estar siempre, con las que te comprabas la super pop a la salida del cole o intercambiabas pegatinas. Miras fotos, una detrás de otra. Las fotos siguen iguales, pero nosotros tan diferentes. La chica lista y responsable ahora saca malas notas y es un caso perdido. El chico gracioso y nervioso ya no tiene padres y ahora es un alma sin sentimientos. El chico que te dijo que estaría contigo en las buenas y en las malas se olvido de decirte que apenas viniera alguien mejor te dejaría. Y entonces empiezas a recordar cada una de las cosas, te das cuenta de que era tan fácil hacer 'amigos' como ayudar en un examen a copiar o simplemente jugando a los tazos. Un partido de fútbol podía romper una relación. Ahora solo se intenta ser el mejor, el que tenga más amigos, el que tenga la fiesta más grande todos los fines de semana, el que tenga a más chicas... Los amigos... Se dicen llamar amigos. Finalmente te das cuenta de que te rodea gente que vive una historia día tras día y que no se la cuenta a nadie, y que te has limitado toda tu vida a juzgar al 'antisocial' porque le da miedo juntarse con la gente cuando en verdad es porque cree que es capaz de hacer daño físico a los demás. Y así con todo. Así con todos. Perdona que diga que quiero seguir siendo lo de ayer...

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